miércoles, 21 de mayo de 2014

Polen

Esta primavera ha sido inolvidable, no solo porque hace que dejemos de usar abrigos por el frio y porque las calles empiezan a llenarse de color por las flores… si no porque este año, ha sido declarado el año de las alergias! Si, lo acabo de declarar yo, ahora mismo…

Esta es la tercera primavera que paso en Barcelona, normalmente me da gripe por el cambio de estación invierno-primavera. Lo clásico, mocos, tos y uno que otro día de congestión nasal, que pasa de una vez por los medicamentos que me tomo. Sin embargo este año ha sido horrible, no era alérgica a nada, pero como en esta primavera el proceso de floración ha aumentado y el polen anda regado a diestra y siniestra, los alérgicos han sufrido más y los no alérgicos también. Yo estaba en ese último grupo hasta el otro día.

Todo empezó como una gripe normal, pensé que era la gripe fija que siempre me da para esta temporada, pero por más que tomaba medicamentos y cosas no se me quitaba… cuando fui al médico me dijo que era alérgico, me puso en un tratamiento por 20 días, mejoré pero no estoy curada del todo. Por otro lado, los lentes de contacto tuve que dejarlos de usar desde mediados de marzo por una reacción. Hoy, el oftalmólogo  me dijo que era una conjuntivitis alérgica producida adivinen por qué… por el polen!

Si, ese polen que transportan las abejas y que permite que se produzca la polinización de las plantas. Es el que afecta a muchísima gente, especialmente los que viven en países donde se nota los cambios de estación. En RD no se nota tanto, y aun así hay gente súper sensible… imagínate aquí.

Bueno, una cosa más que contar, espero que esta sea la única vez que sea tan sensible a los efectos que trae consigo bella primavera!

A ley de un mes

Hoy me desperté con una felicidad extra…. Jeje si estamos a ley de un mes de nuestras anheladas vacaciones a la islita.

Esta vez es más que emocionante, porque Amorino ira conmigo… uff cuantas ansias! Ya empezamos oficialmente la cuenta regresiva. J

Playa, sol y arena prepárense que allá vamos!!!


sábado, 3 de mayo de 2014

Dos amigos más

Leí el siguiente status en el Facebook de Noelia:

Hoy me levanté con dos amigos nuevos en el cielo a quienes pedirle intercesión. Hay fiesta en el cielo y en la tierra! Gracias Señor por tantas gracias en esta fiesta de misericordia.

Y no pensé dos veces en comentarle su status. Me sentí igual de feliz que ella. Es que este 27 de abril ha sido más que inolvidable… este ha sido el día que mi Iglesia Católica ha decidido proclamar Santos a Juan XXIII y Juan Pablo II.

Que coincidencia o “Dioscidencia” que ambos sean Juan. Según la tradición, Juan es el discípulo predilecto, que siempre acompaña  a Jesús en los momentos más importantes y especiales.  Así como con Juan, el Señor desea hacer de cada uno de nosotros un discípulo que vive una amistad personal con Él. Para realizar esto no es suficiente seguirle y escucharle exteriormente; es necesario también vivir con Él y como Él. Esto sólo es posible en el contexto de una relación de gran familiaridad, penetrada por el calor de una confianza total. Es lo que sucede entre amigos: por este motivo, Jesús dijo un día: «Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos… No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer». (Juan 15, 13. 15).

Que dicha poder ver como se sentía y compartía la alegría de todos los fieles en Roma, la mayoría polacos, que estuvieron en vela toda la noche, o de pie durante todo el acto para no perderse ni un instante este tan hermoso momento. Aunque no estuve ahí, fui parte de este regalo que recibimos ese día. Definitivamente es posible llegar a la tan anhelada meta de ser Santos, como personas normales, que en su cotidianidad simplemente dijeron si y permitieron que Dios actuara en su vida según su voluntad.

Que bendición más grande poder vivir/seguir en directo (por la tele y las noticias) la canonización de San Juan XXIII, el Papa Bueno; y de San Juan Pablo II, el Papa de la familia. J




Ser mejor

No tienes que ser mejor que todos los demás. Tienes que ser mejor de lo que nunca pensaste que podrías ser.