martes, 31 de marzo de 2015
lunes, 16 de marzo de 2015
Veintisiete
Recordaba con nostalgia los
tiempos en el cole, a los 17, estaba en cuarto de bachillerato, soñando en cómo
sería la vida universitaria y el mundo que me esperaba. Iba a ser grande si o
si. En ese momento nunca iba a imaginar que 10 años después iba a estar hoy en
Barcelona. Viviendo una vida lejos de mi familia, siendo grande y responsable
de mis decisiones. Dios ha sido muy grande conmigo, no me ha abandonado ni un
minuto, siempre me ha ido mostrando lo que quiere de mí.
Gracias Señor porque soy más que
afortunada, hoy con veintisiete años tengo familia, amigos, trabajo, he podido
estudiar y prepararme, cuento con un lugar donde puedo servirte y ser útil para
los demás. No me puedo quejar, porque nunca nunca, me ha faltado nada. Tú
siempre has estado ahí, supliendo las cosas materiales y espirituales.
Me siento más que feliz, porque he
sentido el calor de la gente que me quiere, y me han hecho sentir la persona más
dichosa del mundo mundial.
¡Benditos veintisiete!
Un vuelco a la vida
Nos pasamos la vida planificando
todo, planeando nuestro futuro y pensando en las cosas que haremos o queremos
para los demás. Cuando pequeños, nuestros papás se encargan de todo eso en
nuestra vida, cuando vamos teniendo conciencia vamos tomando el control de
ciertas decisiones.
Los padres siguen pendientes de
ti, esperando que tú sigas con el plan previsto, hasta que pum! Te toca ser
responsable de las decisiones que tomas, te toca ser grande y asumir el control
total de todo. Y te viene todo encima, de golpe, sin consideraciones. Te toca
asumir tu responsabilidad, y seguir con tu camino, aceptar el destino que tú
mismo te dibujaste.
Unos te dirán, no querías ser
grande, coge ahí... otros te darán la espalda, otros simplemente te observarán
sin decir nada o te criticarán, y unos aunque serán minoría, te apoyarán... por
una simple razón, porque te han visto crecer, porque son tu familia.
Y aunque la vida te dé un vuelco y
cambie de rumbo, el que te quiere te acoge y te pone la mano en el hombro, diciéndote
estoy aquí, el camino que vendrá será duro, pero con la compañía de los tuyos
será llevadero.
Así que ánimo, no serás, ni el
primero ni el último que decide dibujar su futuro fuera de las líneas que
estaban planeadas. Con fuerza y disposición todo se logra en este mundo. J
Lo que dicen de ti...
Si lo que dicen de Ti es cierto,
yo lo quiero para mí:
quiero aceptarte como único Salvador de mi vida.
Acepto que tu muerte en la cruz
fue también por mí.
Dame la oportunidad de experimentar
el abrazo del Padre…
… y el amor y la paz que tanto anhelo.
¡ Ven a mí, Espíritu Santo!
Amen
domingo, 8 de marzo de 2015
domingo, 1 de marzo de 2015
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