lunes, 16 de marzo de 2015

Veintisiete

La semana pasada, víspera de mí cumple, me la pasé pensando en que era de mí, 10 años atrás.

Recordaba con nostalgia los tiempos en el cole, a los 17, estaba en cuarto de bachillerato, soñando en cómo sería la vida universitaria y el mundo que me esperaba. Iba a ser grande si o si. En ese momento nunca iba a imaginar que 10 años después iba a estar hoy en Barcelona. Viviendo una vida lejos de mi familia, siendo grande y responsable de mis decisiones. Dios ha sido muy grande conmigo, no me ha abandonado ni un minuto, siempre me ha ido mostrando lo que quiere de mí.

Gracias Señor porque soy más que afortunada, hoy con veintisiete años tengo familia, amigos, trabajo, he podido estudiar y prepararme, cuento con un lugar donde puedo servirte y ser útil para los demás. No me puedo quejar, porque nunca nunca, me ha faltado nada. Tú siempre has estado ahí, supliendo las cosas materiales y espirituales.

Me siento más que feliz, porque he sentido el calor de la gente que me quiere, y me han hecho sentir la persona más dichosa del mundo mundial.

¡Benditos veintisiete!




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