Efecto lunes

6.35am suena el despertador y con pesadez recuerdas que es lunes. ¡Si, lunes otra vez! Detienes el despertador y sigues durmiendo con la esperanza de que las horas se detengan y puedas descansar un poco más.

Se está haciendo tarde, luchas con la almohada hasta que con el dolor de tu alma decides pararte de la cama. Ducha matutina con frio (Si, para mas rematar volvió el frio). Sales a la calle y cuando estas llegando a la parada te das cuenta que tu bus está ahí. Simplemente decides no correr, esta vez estas  cansado de correr detrás de él y que te deje. Hoy, será un lunes de sueño, de tardanza y de mal humor gracias al frio y a la brisa que te golpea la cara.

Sin embargo, mientras tu estas en ese estado de “efecto lunes”, otros están igual o peor que tu, u otros simplemente decidieron empezar el día con buen pie.

Quien decidió empezar el día con buen pie, brillaba de la felicidad y quería contagiar a todos en la oficina con su alegría pero tuvo que cohibirse porque el ambiente estaba cargado de malas caras, aburrimiento matutino y una que otra queja. ¿Por qué será que los lunes son tan pesados?

Mientras la alegría dejó de ser parte de esa oficina seguro que había alguien que corría apurado porque había olvidado poner el despertador, perdió el tren o se despertó justo a la hora de entrar al trabajo. Imagínate todos los malabares que tuvo que hacer para no llegar tan tarde.  Un protagonista más del efecto lunes.

Todos los que pertenecen a la fuerza laboral están esclavizados con este efecto, lo ideal sería empezar cada día como si fuera viernes… ¿Podría alguien explicar cómo se podría lograr esto?