El sábado,
hizo justo un año que agarre mis maletas y me embarque sola con destino a esta
gran ciudad: Barcelona. Con los nervios de punta y un revoltillo de
sentimientos que me hacían sentir feliz, triste, con miedo, confiada y con
muchas expectativas…
Tras pasar
estos 365 días solo puedo resumir que ha sido maravilloso: Máster, trabajo,
viajes, amigos, nuevas formas de ver Dios, vivir el día a día, crecer como
persona, independencia, ser mujer… En conclusión más que suerte de vivir esta
experiencia ha sido una inmensa bendición de Dios. No me arrepiento de nada de
lo que he vivido aquí, aunque extraño un montón a mi familia y amigos. Con un
deseo inmenso de estar con mi gente pero súper agradecida porque Dios me ha
demostrado que sus planes son mucho mejores que los míos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario