miércoles, 12 de septiembre de 2012

Al final… todo saldrá bien


Viernes por la tarde, nada como ver una buena película en versión original (dígase en ingles con subtítulos en castellano, no en español de España).  La película era “El exótico hotel Marigold” y me enseñó una frase que no pensé que iba a encajar tan bien en esta temporada.

“Al final todo saldrá bien, y si no está bien, es porque todavía  no es el final”

La frase se adaptó perfectamente a nuestras vidas porque después de estar prácticamente un mes buscando apartamento para mudarnos, apareció el “indicado” o por lo menos eso creímos al principio. El piso era de una abuelita, cumplía con todos los requisitos y lo mejor de todo es que estaba muy bien comunicado y nos permitía conectar con los principales medios de transporte. La única desventaja es que no estaba tan cerca de la uni. Procedimos a hacer todo el papeleo para alquilarlo, el dueño nos había dicho que éramos su primera opción de alquiler… y  dábamos por hecho que era nuestro.

Al cabo de unos días nos avisaron que no calificábamos para el piso… se nos vino el mundo abajo. A empezar de nuevo la búsqueda. Era justo el fin de semana de entregar el piso en el que estábamos y no teníamos a donde ir. Había que recoger y salir corriendo, entre mucho estrés y nervios, miles de pensamientos de desesperación pasaron por nuestras cabezas pero gracias a Dios que contamos con personas que nos han abierto las puertas de su casa desde el principio, Anmer y Vicky nos recibieron esos días hasta que encontráramos.

Ese lunes Conny y  yo fuimos a ver un apartamento y simplemente nos encantó. Tenía más de lo que buscábamos porque queríamos uno de 2 habitaciones y este tenía 3 por el mismo precio. Al igual que el otro estaba muy bien comunicado y lo mejor de todo es que está cerca de la uni. No hubo problemas con el papeleo para alquilarlo, simplemente dependía de nosotras si queríamos o no. Le dimos para adelante y el jueves ya nos habían entregado la llave. ¡Qué felicidad ni más feliz!  Sentimos una tranquilidad y una alegría increíble…

Ya hoy llevamos una semana en el piso, y cada vez estamos mejor. Por fin nos sentimos en nuestra casa, algo que nunca sentimos en el anterior. Sin lugar a dudas esta fue una nueva experiencia, algo más que contar como hecho de vida y crecimiento, y sobre todo como testimonio de que “Dios lo puede todo”.  El  sabía cual nos convenía, y actuó desde el principio para que todo saliera según sus planes.  

¿Viste? Al final todo salió bien… J

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