martes, 23 de octubre de 2012

Espera llorosa

Llego el gran día. Luego de meses de espera había llegado el momento en el cual iba a re-encontrarme con miembros de mi familia. Tía Mary y Ramón decidieron venir a visitarme y de paso aprovechar el viaje para dejarse enamorar por las bellezas que este viejo continente posee.

Ese sábado estaba todo preparado para ellos, la casa lista para recibir a los huéspedes de honor… fui a buscarlos al aeropuerto y mientras esperaba empecé a sentir una emoción que no podía controlar, parecía una niñita pequeña esperando con ansias la llegada de sus padres. Fue tan fuerte el sentimiento que hasta los ojos se me aguaron, y me dije a mi misma “Rosalía, contrólate, no puedes llorar, aun no llegan”. Pues desde que los vi salir de la puerta, no pude controlarme. Al abrazar a tía Mary sentí que abrazaba a todos los que había dejado en Dominicana hace un año atrás. Fue un momento súper intenso, y como se imaginarán tía también lloró. (Es un defecto de familia :P)

Que rico es tener a la familia cerca, hablar de todos, revivir con ellos todos los momentos significativos, reírnos, conocer nuevos lugares y mostrarles lo mucho que he aprendido viviendo aquí. Estoy súper feliz de tenerlos en casa, que te añoñen y que te traigan un pedacito de tu tierra, desde los platanitos hasta el dulce de coco que hace Giovanna. Uff, simplemente sin palabras!

Gracias Papa Dios por la inmensa dicha de tener familia y por darles la oportunidad a ellos de poder venir a visitarme.

Pa y Ma, pónganse las pilas! Que siguen ustedes J


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