domingo, 7 de octubre de 2012

Pedir como un niño


Los niños son capaces de ser amigos del que tiene mucho y del que no tiene nada; no conocen de marcas a menos que los adultos se las enseñemos.

Los niños no andan preocupados por el mañana, piden con la fe y la esperanza de saber a quien están pidiendo. Simplemente confían en que sus padres proveerán, como deberíamos confiar nosotros en la providencia incondicional de nuestro Padre Dios.

Los niños son alegres. Cuán fácil nos dejamos quitar la alegría. Dios quiere que seamos como niños, que nuestra alegría no dependa del mundo, de lo que tenemos o de lo que nos falta, que dependa de saber que Dios tiene el control de nuestra vida y en el nuestra vida tiene buen fin.

Tomado de la reflexion de Rayo de Luz del 02.10.12

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