jueves, 17 de julio de 2014

Regalo de bienvenida

Luego de casi 16 horas de recorrido, incluyendo 2 aviones y una larga espera en Madrid, pisamos suelo Barcelonés. Un color gris cubría el cielo y llovía… esa fue la bienvenida. Un día perfecto para estar en casita.

Me monté en un taxi, estaba tan cansada que los ojos se me cerraban de camino a casa. Y después de estar despistada me fije que había un arcoíris en el cielo, el más grande que había visto. Parecía que cruzaba Barcelona de punta a punta.


Es increíble que entre la lluvia y lo gris del cielo, entre lo hambrienta y cansada que me encontraba, ahí estaba Jesús regalándome un arco de colores que me iluminaba lo que quedaba de día. 

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