Había ganado un bronce y una plata en los Juegos de Londres. Adelinde Cornelissen, holandesa de 37 años, estaba en Río para llevarse una medalla en doma.Su caballo Parzival, sin embargo, se puso enfermo. La picadura de un insecto le produjo fiebre y se le hinchó la cara el día antes de la prueba. Adelinde pasó el día con él, durmiendo en el establo. “No iba a dejarlo solo. Mi amigo, el caballo que me ha dado toda su vida no se merecía esto”.
Al final, el veterinario lo examinó y le dio luz verde para competir.Cornelissen salió, pero al instante notó que no se encontraba bien. “Con tal de protegerlo decidí renunciar. Me ha dado su vida, no merece que lo ponga en peligro. Así que saludé al público y me retiré de la arena”.Cornelissen renunció al podio por su amigo. El gesto todavía emociona en Río.
Noticia en: http://www.mundodeportivo.com/juegos-olimpicos/20160818/404004667234/el-gesto-de-cornelissen-aun-emociona-en-rio.html
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