Me
imagino que el viernes 19 de abril de 1985 fue un día de mucha emoción y
alegría.
Ella,
una chica de 22 años, nerviosa porque finalmente había llegado el gran día de
formalizar su unión de amor ante Dios con el hombre que sería su compañero toda
la vida. Y él, feliz porque había encontrado una mujer buena, hermosa e
inteligente que llenaba sus días de color.
Fue una boda sencilla en la capilla de una
Iglesia muy humilde. Una ceremonia en la que se sentía la presencia de Dios y se
respiraba un aire de mucho amor. Los padres de ambos lloraron de emoción. Los
de ella, por ser la primera hija de cinco que se casaba; los de él, porque
tenían la certeza que ésta iba a ser una unión ejemplar.
Transcurrieron los años y esta pareja fue
bendecida con cuatro hermosos hijos; una niña y tres niños. Para ellos no fue
fácil desde el principio, han tenido que trabajar ardua y dignamente para
conseguir el sustento de su familia, darle buena educación y formarlos con
buenos valores. Han tenido altas y muchísimas bajas como todos los matrimonios
pero se han mantenido luchando por conservar lo que los unió.
Tras 27 años, ambos son el ápice de una
familia ejemplar entregada al servicio de su comunidad. Ellos, son mis padres,
Rafael y Lucy. Hoy, aunque esté lejos, celebro con ellos este aniversario de
bodas de Azabache, un fósil de madera negra que tiene un alto poder energético
y que representa poder, elegancia, misterio y formalidad.
Papi y mami, gracias por ser ejemplo de
entrega, amor incondicional, de fe y persistencia… que puedan revivir ese día tan
hermoso en sus vidas.
¡Los amo!
Que bonitos!!! Dios los bendiga muuchooo y sea siempre el centro de sus vidas!! que hermoso el amor!!!
ResponderEliminarFelicidades a Papi y a mami, De verdad se lo merecen!
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