lunes, 24 de junio de 2013

Hasta luego Bisabuelo…

Esta mañana nos dieron la noticia que Papá Pichi había fallecido. En enero cumplió 96 años… que viejito estaba! Ojala lleguemos a esa edad.

Me llenó de tristeza porque lo recuerdo como un viejito alegre y conversador. Cuando íbamos cada año toda la familia a Bani para celebrarle su cumpleaños, se ponía súper contento. Mireya cocinaba para todos y las tías se encargaban de llevar el bizcocho, los refrescos y las vejigas para amenizar el lugar. A veces se veía hasta más durito que Güela  Yolanda y en algunos momentos hasta más lucido. Se nota que la vida en el campo es más pura y llevadera.

Lamentablemente este año no fue como los años anteriores, aunque no estaba presente, las fotos reflejaban la triste realidad que aquel viejito alegre y conversador ya estaba cada vez más cansado y ni siquiera quería levantarse de la cama.

Quiero mantener la imagen en mi mente de los lindos recuerdos que vivíamos cada enero en esa casita que nos hacia tan felices desde pequeños.


Bisabuelo, espero que hayas alzado el vuelo hasta el cielo, que estés descansando y que desde allí levantes tus alas para protegernos cada dia. Gracias por tu amor y carino. 

¡QUIZÁ SEA AHORA!

Algún día,
cualquier día,
doblarás otra vez el recodo del camino;
te veré acercarte,
ligero el paso,
con el corazón en vilo;
oiré tu voz llamándome,
veré tus ojos mirándome,
sentiré tus brazos abrazándome;
y sabré que tu amor es más fuerte
que mis dudas, cansancios y necedades.
Algún día,
cualquier día...
¡quizá sea ahora!


Libro: Al viento del Espíritu  de Florentinto Ulibarri

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