Por la fe estamos en paz con Dios,
por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por el hemos alcanzado,
mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por el nos gloriamos
en la esperanza de la gloria de Dios. Más aun, nos gloriamos hasta de las
mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia;
la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la
esperanza no quedara defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
Romanos 5, 1-5
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