Me llama la atención que aquí aunque no son
muy religiosos, tienen la costumbre de realizar cosas muy particulares durante
las festividades católicas. Ya sea un postre típico, un plato en específico, un
desfile, una presentación, una procesión o simplemente una decoración especial.
Es bonito, porque aunque esta sociedad esta tan deteriorada esas tradiciones
han quedado intactas.
En Santo Domingo no contamos con estas cosas,
aunque se coma habichuela con dulce en Semana Santa o se beba ponche en
Navidad. Sé que somos muy familiares y
muy de hacer cosas típicas, pero por ejemplo no puedo relacionar un plato específico
con el día de Reyes, Cuaresma o Corpus Christi.
Ayer era jueves de Corpus, aquí no fue
festivo como en la República, pero hasta el domingo hay un sin número de
actividades relacionadas a esta fiesta. Las
fuentes de las iglesias más destacadas de la ciudad estaban decoradas con
flores y lo sorprendente es que todas tenían un huevo que graciosamente se
movía con el caudal de agua que salía de
la misma. Según me explicaron eso se llama “Ou com balla” en catalán y
significa el huevo que baila. Desde hace tiempo se prepara junto a la procesión.
El huevo que baila, es una de las
celebraciones más singulares de Barcelona (desde el año 1637). La costumbre
consiste en hacer bailar un huevo en las
fuentes de claustros, patios y jardines, que se adornan para la ocasión
con flores y cerezas.
La procesión de Corpus (desde 1320)
constituyó durante siglos la verdadera fiesta mayor de la ciudad y ha dado
origen a numerosos bailes y elementos como: los gigantes, los cabezudos y el
bestiario.
Tanto el baile del huevo como la procesión
son una visita obligatoria para los pequeños, turistas y estudiantes curiosos
que quieren conocer todo sobre esta ciudad. J
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