¿De que vale andar
vestido de traje y corbata? ¿Tener el último Blackberry? ¿Alardear que tiene un
iPad? O ¿Parecer un empresario respetado de España?
Si desde que entra a un lugar llama la atención
no por todo lo antes mencionado si no por el aroma que emite. Y decir que cada vez que levanta el brazo, es
para morirse!
Creo que preferiría mil veces oler un locrio de
arenque que volver a estar cerca de ese señor grajoso que una vez más pone en
alto la “olorosa” fama de los españoles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario