El domingo de Ramos conmemoramos la llegada de Jesús a Israel... Fue
recibido con júbilo por el pueblo y lo reconocían como rey. Todos cantaban y
agitaban con alegría sus ramos de palma o de olivo.
En BCN al igual que en todos los países católicos, la iglesia se viste de fiesta... Se hacen procesiones y cantos por las calles cercanas a la parroquia.
Aquí, está la tradición que los padrinos regalan a sus ahijados un ramo preparado con figuritas y asisten en familia al acto de bendición de ramos que es previo a la Misa. Ese día nadie falta... Aunque los demás domingos veas la iglesia vacía o llena de viejitos.
Ese domingo, aunque sin ramo en mano (porque hay que comprarlo), viví el momento a plenitud al ver la procesión. Me trasladé a Dominicana e imaginé que estaba allí junto a mi familia.
Me llené de alegría porque me sabía acompañada y a pesar de que se acercaba la conmemoración de la pasión y muerte de Jesús, recordé que todo había sucedido por el amor loco y extremo que tiene Dios por nosotros.
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