Este finde nos fuimos de colonias. Al igual que el año pasado se empezó
desde temprano con los preparativos y todos los personajes del circo estaban
preparados para presentarse. Este fue el tema central.
Caritas felices, mucha emoción, alegría y muestras de cariño por todos lados. El sábado luego de mi hora libre me entere que una de las niñas de tercero estaba en enfermería, se había hecho daño en el pie con una barandilla del camarote y había que llevarla al hospital. Aparentemente no era nada grave, pero mejor estar seguros!
Acompañe a Ramón a llevarla al médico y justo antes de salir de la casa,
su hermanita pequeña la vio y la abrazó de tal manera que no pude controlar que
se me aguaran los ojos. Fue una escena de pocos segundos que valió para los 10 días
de colonias. La pequeña lloraba, porque se sentía culpable del golpe de su
hermana, ya que la barandilla le cayó en el pie justo cuando la ayudaba a
subirse en la cama. Ella cariñosamente le decía que no se preocupara que no era
su culpa y que estaría bien.
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