domingo, 27 de noviembre de 2011

Pastel de chocolate con ganache


Es tan bonito hacer las cosas que verdaderamente nos gustan y amamos. No se siente para nada como un sacrificio, se disfruta al máximo lo que  sea que se esté realizando.  Este fin de semana tuve la oportunidad de experimentar ese sentimiento en mi misma y verlo reflejado en  otra persona.  

El viernes en la noche cuando llegue a la casa de Anmer, Vicky (su roomate) estaba terminando de hacer un pastel. Ella está tomando un curso de pastelería y todos los postres que prepara son un pedacito del cielo en tu boca. Convierte en obra de arte lo que sea que prepare y es como si pusiera un toque de su dulce personalidad en cada trozo de pastel, brownie, cheesecake o cualquier rico postre con nombre extraño que cocine.

Ella estaba inspirada terminando la masa de azúcar, dando color y pensando cómo iba a quedar el pastel de chocolate con una ganache (crema) de chocolate blanco y frutos del bosque que le habían encargado… en el rato que estuve con ella estaba tan apasionada por lo que hacía que hasta me motivó para que yo preparara uno pequeñito para Conny. Fue explicándome paso a paso como hacer todo y traspasándome sus conocimientos de Chef.  ¡De verdad que me encantó! Imagínense, a mí que me gustan tantos los dulces… iba preparando y haciendo control de calidad en el proceso… ;)

Fue tan emocionante ver el resultado final, lo bonito que quedó todo y el hecho de poder ver como alguien ponía tanto amor  y disfrutaba tanto lo que hacía. Todo esto me puso a pensar que  lo que sea en que me vaya a desempeñar en la vida debe: 
  • Mantenerme despierta hasta tarde sin ningún problema.
  • Hacerme sentir  orgullosa de lo que haga, entendiendo que puse un poco de mi en todo lo que hice.
  • No pensar tanto en la remuneración económica sino en el efecto que causaría mi trabajo al ser entregado.
  • Pensar que si en el proceso algo quedara mal, me levantaría al otro día con mayores fuerzas para volverlo hacer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario