lunes, 26 de marzo de 2012

Para amarte más


Trato de una vez al mes llamar a mis abuelos, para darles un poco de cariño, escucharlos y para que no sientan tanto mi  ausencia. Es increíble como estando allá, teniéndolos tan cerca, me encontraba tan lejos de ellos… a veces pasaba semanas sin verlos y hasta sin llamarlos, y todo seguía normal. Sin importar cuánto tardara en acercarme ellos siempre estaban ahí dispuestos a regalarme de su sonrisa, abrazos y rico amor.

Soy privilegiada, porque muchos quisieran tener aun con vida a sus viejitos. Yo cuento con los cuatro, ¡Que bendición! Tan diferentes en personalidad pero tan parecidos por lo cariñosos y atentos que son, especialmente conmigo.

El viernes, luego de intentar varios días, logré comunicarme con guelo Pancho. Nos actualizamos, nos reímos y hasta casi lloramos. Pero lo más bonito de esta conversación fue lo mucho que aprendí en tan breves minutos: Me contaba sobre cómo las personas de los Bancos a los que frecuenta ir todos los días estaban preocupados por su ausencia de casi un mes por estar en reposo porque tenía una pierna enyesada. Me sorprendí, como ellos se tomaron la molestia de llamar a la oficina y hasta incluso a su casa para saber de él, me imagino porque echaban de menos al viejito canoso, atento y cariñoso, que todos los días les regala su sonrisa (Así como lo extraño yo).  Como el mismo me dijo es que “El que da amor se le devuelve amor”. Y el sí que da mucho, muchísimo de eso…

Luego al despedirnos me dejó sin palabras al decirme que quisiera tener un corazón más grande para poder amarme más. Nadie me había dicho eso antes. Qué alegría es poder sentirse amado, amar y poder dar a los demás de ese amor que recibimos gratuitamente. J

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