jueves, 26 de julio de 2012

Pasteleitor*


*Es un nuevo término, inventado por una niña de la catequesis, para referirse a la persona que trabaja en pastelería, dígase pastelera. 

Este verano trajo consigo muchos planes. Una larga lista de actividades para realizar en los tres meses que estaría aquí, ya que pospuse mi viaje a DR por la boda de Brendecha. Esta lista incluía cursos, viajes, visitas, excursiones, conciertos y muchas cosas más.

Decidí que iba a intentar  aprender cosas nuevas, y por eso me apunté en una clase de italiano (Aunque sabia un chin, así que no cuenta mucho), un taller de fotografía y en clases de pastelería. Aun está pendiente un curso de Origami.

Si, ya sé lo que estas pensando, como siempre, nunca puedo quedarme quieta ni un momento. Debo estar siempre haciendo algo… ¡Las vacaciones son para descansar y disfrutar, no para estar estudiando! Bueno si, pero el tiempo que ha transcurrido he disfrutado bastante.

Ayer, fue la primera clase de pastelería con Vicky (Uno de los grandes beneficios de tener una amiga pastelera). Y fue genial. Nos enseñó cositas básicas y sencillas de hacer que vemos con frecuencia en las pastelerías y creemos que son súper elaboradas. Conny y yo aprendimos hacer crema pastelera, nata montada, crema de almendras, crema de limón, pasta Choux y masa Sucree. Con todo esto el resultado final fueron unas ricas lionesas y profiteroles rellenos de crema pastelera y unas tartaletas de crema de almendra con trocitos de melocotón.

Hoy, compartimos nuestras creaciones en nuestros trabajos y quedaron encantadísimos. Qué grande es el poder que tiene un trocito de pastel o cualquier postre, le alegra el día a cualquiera, y más si fue preparado con tanto amor y entusiasmo como lo hicimos nosotras. 

Esta fue la primera clase y quedamos fascinadas, ya ansío poder tomar las siguientes… esperemos no engordar mucho con tanta azúcar, huevo y harina en nuestros pensamientos.


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